No lo sé pero lo se

Es común oír el comentario acerca de que los niños o jóvenes de hoy son más listos que los de antes. Son más hábiles para manejar los modernos dispositivos electrónicos, Internet, etc. El mundo se mueve a otro ritmo y la adaptación se hace necesaria. Lo que resulta curioso es que el fenómeno de la adaptabilidad a las nuevas tecnologías u otros ámbitos es global. La mente es la misma y su capacidad también, lo que han mejorado son los recursos disponibles en ese espacio no físico donde se acumulan las experiencias, para que cualquiera de nosotros nos sirvamos de ellas. Jung y Schaldrake llegaron a análogas conclusiones denominando ese lugar inconsciente colectivo y campos mórficos respectivamente. Es decir, el lugar desde el que se extraen las habilidades necesarias para manejar las nuevas herramientas que la tecnología pone a nuestra disposición, son accesibles por todos, y esa "facilidad" responde al tránsito de un terreno ya explorado y cuya experiencia ha quedado impregnada en ese lugar. Por eso cuando un niño de siete años, por ejemplo, se sienta ante un ordenador no sabe que sabe, porque otro en cualquier lugar del mundo ya lo hizo antes y esa experiencia queda registrada en "ese lugar" al que accede este niño para manejar el ordenador. Y ese lugar esta ahí para todos nosotros. Solo hay que querer acceder a él.