02 junio 2009

Velos

Si viajamos en un tren o un coche sin mirar al exterior, son sólo las paradas, los arranques y las vueltas violentas las que nos hacen que notemos que estamos en movimiento. Podemos dejarnos arrastrar por el curso de la vida con menos fricción y molestia, porque las experiencias del amor, la naturaleza, el deporte y el trabajo contienen un significado inmediato y satisfactorio. A no ser que seamos un poco introspectivos y nos preguntemos por el profundo significado de la vida, y miremos más allá de la ventanilla. A veces nos rompen esa ventanilla para que levantemos la vista y nos demos cuenta de todo lo que hay alli fuera y nos estamos perdiendo. No quiero correr el velo que me impida ver y hacer aquello a lo que he venido hacer aqui. Por eso, la próxima vez que me monte en un tren lo primero será sentarme y observar. Ya habrá tiempo para guardar la maleta y prepararme para sentirme lo más comodo posible.

1 comentario:

Clematide dijo...

La propuesta es hermosa, empaparse de vida, respirar más profundamente y vibrar!
Ahí estamos todos, intentando dar significado a nuestros pasos...
Un besito, Carlos-corazón!