Mientras se dirigía nuevamente a su limusina deambulando por los pasillos, se tropezó con un negro encorvado y de cabellos grises con un cubo en una mano y una fregona en la otra. Parecía una pregunta bastante superflua, pero el Presidente le preguntó cortésmente:"¿Y qué haces tú aquí en el Cabo?".
Enderezando la espalda, el empleado de la limpieza miró fijamente al Presidente y con una voz que denotaba un fuerte sentido del orgullo y de la dignidad, contestó: "Señor, estoy haciendo lo mismo que todo el mundo: trabajarpara llevar al hombre a la luna. Eso es exactamente lo que estoy haciendo aqui".
Fuente primaria: Judith DeLozier
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