04 noviembre 2010

¡Cuídala!

He aprendido que no se puede generalizar en todo lo que se dice, por lo que escribiré en primera persona acerca de mis experiencias. Lo digo porque he notado que la gente con la que me encuentro, conocidas o no, realizan actos muy mecánicos sin pararse a pensar en lo que hacen, o simplemente, para ellos eso no es tan relevante como para mi. Por ejemplo: siempre que voy a un urinario público me lavo las manos antes de hacer pipí. Es decir, no me la voy a sacar para orinar con las manos sucias. Pues todos los hombres que he visto en estos lugares, sin excepción hasta ahora, se lavan las manos después y eso me dá que pensar, porque si te lavas las manos después es que te las sientes sucias por haber tocado algo que no debe estar muy sucio o .....¿si lo está en nuestra mente?. Sinceramente esa parte del cuerpo también ha de cuidarse con esmero pues, como decirlo, sirve para más cosas, además de para vaciar la vejiga. No sé si le doy demasiada importancia a este hecho, pero para mi tiene sentido ser cuidadoso. Nunca se sabe qué he tocado antes con las manos ni que voy hacer después.

1 comentario:

trinidad dijo...

Interesante... nunca lo había pensado, pero es que tampoco he visitado orinarios públicos masculinos. Me encanta la gente observadora como tú.Es cierto que hay determinados gestos diarios, sobretodo relacionados con el aseo en los que no pensamos lo que hacemos, simplemente lo hacemos, y suele ser siempre de la misma manera, como ducharnos, lavarnos los dientes, orinar, etc...Es bueno aprender a realizarlos concientemente. Saludos Carlos.