04 febrero 2011

La mano de Laura

Pues resulta que Laura no sabe que su mano no es suya. ¿Y por qué no?. Porque todas las manos son iguales. Bueno, no lo son, pero todas tienen algo en común, algo que hace que las distingamos de la mano de otro . La mano de Laura o la mía cambia, o como dice Platón, "fluye". Platón decía que el "molde" de la mano es eterno e inmutable. Para él, algo eterno e inmutable no es materia física sino modelos espirituales a cuya imágen está la mano moldeada. Por eso hay un molde en el mundo de las ideas de Platón que moldea las cosas de este mundo y ese molde maravilloso y perfecto hizo mi mano, la tuya, la de Laura, etc. etc. Igual que un bizcocho siempre sale diferente aunque salga del mismo molde.
El mundo de las ideas, ese espacio de Clematis en el que todo lo que está por inventar, crear y alumbrar esta esperando a hacerse realidad. Un espacio del espíritu al que podemos llegar a través de la intuición de Cerato.

2 comentarios:

trinidad dijo...

Querido Carlos, no olvides que según Platón, el cuerpo no hace otra cosa que recordar lo que el alma ya sabe. Me ha gustado mucho este post. Un beso y un abrazo.

misticaluz dijo...

Siempre un placer visitarte!!

Te dejo abrazoss y besotes grandotes!!

Beatriz