Tengo un amigo que ha conocido a una mujer, y esta se ha
enamorado de él. Aunque él no le ha prometido amor eterno sino una sincera
amistad, al corazón no se le puede detener. La cuestión es que mi amigo, ha
conocido a otra mujer de la cual se ha enamorado y ahora siento, no sé cómo
llamarlo, quizá pena, por la primera chica. ¿Cómo hago esto? Si a mí ni me va
ni me viene y además me atrevo a juzgar el comportamiento de mi amigo por, bajo
mi punto de vista, haberle dado esperanzas a ella. Me parece alucinante cómo,
absolutamente todo, lo miro bajo mi propio rasero. Es decir, me comparo
constantemente con los demás y juzgo en consecuencia. Comparo, porque yo no lo
habría hecho así o procedería de otra manera. Y me he dado cuenta de ello y he
sentido una liberación que me abre a otra dimensión para ver el asunto con otra
perspectiva, porque eso precisamente comparar al otro conmigo en función de mis
valores no me corresponde hacerlo. Y eso es una dificultad añadida al proceso
de desarrollo de una persona. El Alquimia se habla de "Estado
Adámico" cuando ante la perspectiva de aprender algo nuevo lo hacemos sin
tener en cuenta nuestro conocimiento previo para no compararlo con lo ya
conocido. Aprender sin comparar es aceptar las cosas tal y como son sin
juzgarlas y así, se integran en nosotros. Por eso, la actitud de los demás ante
las situaciones es la ideal para ellos y a mí solo me corresponde aceptar sin
dobleces ni prejuicios y así no haré mío lo que no es.
1 comentario:
Fantástica reflexión, hermano. Mucha Luz.
Javier
Publicar un comentario