18 enero 2013

Estado Adán-ico



Tengo un amigo que ha conocido a una mujer, y esta se ha enamorado de él. Aunque él no le ha prometido amor eterno sino una sincera amistad, al corazón no se le puede detener. La cuestión es que mi amigo, ha conocido a otra mujer de la cual se ha enamorado y ahora siento, no sé cómo llamarlo, quizá pena, por la primera chica. ¿Cómo hago esto? Si a mí ni me va ni me viene y además me atrevo a juzgar el comportamiento de mi amigo por, bajo mi punto de vista, haberle dado esperanzas a ella. Me parece alucinante cómo, absolutamente todo, lo miro bajo mi propio rasero. Es decir, me comparo constantemente con los demás y juzgo en consecuencia. Comparo, porque yo no lo habría hecho así o procedería de otra manera. Y me he dado cuenta de ello y he sentido una liberación que me abre a otra dimensión para ver el asunto con otra perspectiva, porque eso precisamente comparar al otro conmigo en función de mis valores no me corresponde hacerlo. Y eso es una dificultad añadida al proceso de desarrollo de una persona. El Alquimia se habla de "Estado Adámico" cuando ante la perspectiva de aprender algo nuevo lo hacemos sin tener en cuenta nuestro conocimiento previo para no compararlo con lo ya conocido. Aprender sin comparar es aceptar las cosas tal y como son sin juzgarlas y así, se integran en nosotros. Por eso, la actitud de los demás ante las situaciones es la ideal para ellos y a mí solo me corresponde aceptar sin dobleces ni prejuicios y así no haré mío lo que no es.

1 comentario:

Javier Durán León dijo...

Fantástica reflexión, hermano. Mucha Luz.
Javier